El Ayuntamiento Municipal de Cabral ha sido objeto de numerosas críticas debido a una cadena creciente de desaciertos administrativos y financieros que han generado descontento entre los ciudadanos, pero este no parecer preocuparles a los que allí hacen vida cotidiana.
Este municipio que se registra entre los más legendarios de la región sur y del país, al parecer no ha contado en la suerte de tener un cabildo eficiente, moderno y avanzado como así lo demandan los nuevos tiempos. Este se sigue administrando como colmado de campo.
La aún joven gestión encabezada por alcalde Rolbik Urbáez, prominente y quien fuera un excelente músico con el dominio casi perfecto del clarinete, instrumento con el cual por muchos años nos deleitó con sus notas en la banda de música del municipio, hoy no ha podido emitir una nota cónsona y agradable al frente de la cosa pública municipal.
Las denuncias de importantes funcionarios que componen el equipo que le acompañan, como es el caso de la contralora del ayuntamiento, Raysa Espinosa, quien has denunciado graves irregularidades que no han seguido el debido proceso como ordena la ley.
Pero la cereza del pastel es los 10 millones de pesos tomados en préstamo a una entidad financiera del municipio sin mayores explicaciones, sin criterios técnicos claros para la compra de 5 mil metros dónde se estaría desarrollando la construcción de un marcado.
Creemos que la alcaldía, el Concejo y el equipo financiero del Ayuntamiento deben dar mayores explicaciones sobre los recursos que reciben y las deudas que comprometen el dinero de todos los cabraleños. Estos desaciertos ponen en evidencia la necesidad de una mayor supervisión y control en la gestión del Ayuntamiento Municipal de Cabral.
La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para recuperar la confianza de los ciudadanos y asegurar un manejo adecuado de los recursos públicos.
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