A pesar de su potencial y el número de habitantes, Cabral carece de obras vitales como un mercado municipal, proyecto prometido durante la campaña presidencial y que aún no se ha materializado. A esta falta se suma la ausencia de una sucursal de Banreservas, lo que agrava aún más la situación económica de la comunidad.
Las promesas de campaña se han desvanecido, dejando a los cabraleños en el abandono y la desilusión. Es evidente la incapacidad de las autoridades del PRM para gestionar proyectos que beneficien verdaderamente a esta población.
La situación se agrava por el deterioro de las fuentes acuíferas de Cabral, que sufre una alarmante falta de inversión. Resulta paradójico que un municipio tan abundante en agua enfrente carencias en este recurso vital.
La reciente visita del ministro de Turismo a localidades vecinas ha puesto de manifiesto la falta de atención hacia Cabral. Es imperativo que los representantes locales asuman su responsabilidad y gestionen obras de impacto que beneficien a toda la comunidad.
Cabral demanda acciones concretas, no más promesas vacías. La población exige a sus representantes que trabajen incansablemente para mejorar su calidad de vida y posicionar al municipio como un referente de desarrollo en la región.
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