La prensa de los EE.UU firme ante Presidente Donald Trump.


La prensa norteamericana ha cerrado filas, de manera casi unánime, en la defensa de uno de los derechos más sagrados de esa nación, el de la libertad de prensa, ante las consecuencias que pudiera tener la retórica incendiaria que el presidente Donald Trump desfoga contra ella sistemáticamente.

 La abigarrada unidad que ha mostrado la prensa norteamericana en esta coyuntura especial es una forma de llamar la atención sobre los riesgos de que este antagonismo presidencial pueda derivar en un clima de auto-censura o de limitaciones colaterales al derecho del público a la información.

 A principio de este año la Sociedad Interamericana de Prensa, preocupada por el sesgo que ha ido tomando este enfrentamiento, organizó una misión a Washington para examinar el perceptible clima de deterioro en que se desenvuelven las relaciones entre la prensa y el poder.

 Si bien es cierto que estos conflictos vienen de viejo, ya que durante la pasada administración del presidente Barack Obama esta libertad estuvo en entredicho frente a los ocho casos de periodistas encarcelados por no revelar sus fuentes, o frente a los repetidos bloqueos para el acceso a las fuentes oficiales de información.

 Bajo Trump se han registrado algunos incidentes que pudieran presagiar que, en el fondo, se cuecen iniciativas para reformar leyes de difamación a fin de demandar con mayor facilidad a los medios y periodistas críticos, las que se unen a los desplantes que se han hecho contra periodistas para entrar a conferencias de prensa o para negarse a responder preguntas incómodas, creando legítimo pesimismo.

 Los periodistas latinoamericanos que presenciamos desde fuera los alcances de este antagonismo, debemos ponernos también en guardia frente a lo que pudiera ser un efecto contagioso entre gobernantes que usan el discurso incendiario para desacreditar e intimidar a la prensa, como forma de distraer y ocultar los fracasos de sus políticas, bajo el argumento de que son fuentes de noticias falsas o intencionalmente maliciosas contra sus regímenes.

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