Felo, el semental del Navarro.


Contrario a la costumbre, llegué jueves por la tarde al Hotel Navarro, en Santo Domingo. Rumbo a la habitación, cruce el lobby, salude con discreción a Felo que estaba acompañado de una morena corpulenta y de ojos grandes igual que su cuerpo ñoño.

 La alegrĆ­a del Fuerte, como tambiĆ©n le llaman a Felo, se notaba a leguas, mucho mĆ”s cuando respondió el saludo mientras saboreaba con picardĆ­a una cerveza servida en copa. Tal parece, que la morena lo imitaba.

 Al rato, ya instalado en mi habitación salĆ­ a tomar un cafĆ© y Felo seguĆ­a ahĆ­, el Ć©xito me fue negado al tratar de evitar la interrupción. Incluso, creo que Ć©l querĆ­a ser interrumpido asĆ­ que se acercó con una sonrisa socarrona y me dijo en secreto, “Potente, ese es mi size, me gustan esas patanas”, refiriĆ©ndose a la mujer.

 Felo el Fuerte, cuyo nombre de pila es Manuel del JesĆŗs RodrĆ­guez FĆ©lix, es oriundo del Barrio Arriba del municipio de Cabral, provincia Barahona. Felo tenĆ­a 13 aƱos cuando recaló en la Capital, en los alrededores de Gazcue.

 Actualmente, su edad alcanza los 29 aƱos y vive en los Mameyes, en Santo Domingo Este. Felo labora en el Hotel Navarro, cito en la avenida Independencia esquina FĆ©lix Lluberes, donde hace el turno de la noche hasta el amanecer.

Un dĆ­a, en medio de la noche, le preguntĆ© quĆ© otras cosas sabe hacer o ha hecho en la vida y respondió: — Vea Miguel, Potente, yo antes era serio pero mi primer trabajo aquĆ­ en la Capital, fue en el Night Club Baby Doll.

En ese negocio yo conocĆ­ una mujer que me desacató y desde ese tiempo yo me entreguĆ© a la calle –, Felo ofreció la explicación como quien estĆ” complacido con lo sucedido.

 Un viernes lleguĆ© de la universidad, guardĆ© mis motetes y salĆ­ al restĆ”urate del hotel, pedĆ­ un trago de Habana Club especial para degustar con un Cohiba. Felo sirvió el ron y le puso la “Ʊapa”, mientras, se le fueron los ojos mirando una gordita coquetona que cruzaba por el frente, y la “Ʊapa” se multiplicó.

 La morena volteó como si la hubieran llamado por su nombre. Un rayo energĆ©tico cruzó el perĆ­metro del hotel desde la calle, atravesó fugaz por delante de mĆ­ y las dos miradas se encontraron frente a frente.

 El tiempo pasó “en lo que pestaƱa un pollo”, un cliente entró al hotel y pidió una cerveza, los presentes buscamos con la mirada y Felo no estaba, se esfumo. Por mĆ”s que llamamos Felo no respondió, asĆ­ que Vielka, esposa del encargado del Navarro despachó el cliente reciĆ©n llegado.

 Las miradas de los tortolitos se embrujaron una a la otra, el Fuerte, como un padrote con la hembra en celo salió a su encuentro sin cruzar palabras. Ella, sin ser convidada todavĆ­a, siguió los pasos de Felo hacia el hotel el Duque de Wellington, justo al lado del Navarro.

 Cuando Felo apareció, Vielka lo interrogó. —¿Dónde tĆŗ estaba Felo?–, preguntó. —Yo estaba en el baƱo, ahĆ­ al lado–, respondió Felo. —¿Y aquĆ­ no hay baƱo?–, preguntó Vielka otra vez. —Siii, pero es-eees-eeees es que estaba atareado y este estaba mĆ”s cerca–, respondió Felo tartamudeando. — Se puso “gago”, viste Miguel que se puso “gago” –, insistĆ­a Vielka visiblemente emocionada.

 El hechizo pasó con un zumbador al picar la flor, Felo pagó 350 pesos y una cerveza, la mujer, ya satisfecha se fue. ¡AsĆ­ pasa una noche de besos y ternuras vendidas en la avenida Independencia de Santo Domingo! Nadie sabe a ciencia cierta que hizo Felo en el tiempo que estuvo desaparecido, aunque todos lo imaginan.

Lo cierto es, que Ć©l insiste en que estaba en el baƱo. Es su palabra contra la de muchos. Yo no hice mĆ”s que felicitarlo y Ć©l sonrió socarronamente. Son muchas las mujeres que merodean dĆ­a y noche la ruta del Navarro, entre ellas corre la voz de no hay una que se le salve a Felo, todas han sido “pasadas por las armas”.

 El martes pasado le preguntĆ©, ¿Felo, entonces tĆŗ has tenido relaciones sexuales con todas estas mujeres? — Potente, yo la he pasado por las armas a todas, no se a salvado ni una sola –, respondió seguro de sĆ­. Un amigo, al escuchar la historia exclamó —¡Ese es un semental!–.

Fuente: Acento.com

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