Por: Yván Ariel Gómez Rubio

𝑩𝒂𝒓𝒂𝒉𝒐𝒏𝒂., capital del cuarto Polo Turístico, se promociona como un destino de crecimiento y expansión. Sus riquezas en recursos naturales —como el Larimar, único en el mundo— y la hospitalidad de su gente la hacen extraordinaria.

Sin embargo, el municipio de Santa Cruz de Barahona, que debería ser la capital de la región Enriquillo, enfrenta problemas de inversión y una deficiente administración municipal. Algunos ciudadanos han comparado la ciudad con San Juan, Azúa y Baní, principalmente en aspectos relacionados con políticas municipales, servicios de agua y electricidad, señalización de calles y cobro de arbitrios.

Es importante destacar que desde el gobierno central y organizaciones como la Liga Municipal se han suministrado recursos suficientes para garantizar a Barahona altos estándares de limpieza y organización vial. Por tanto, el descuido de la ciudad no se debe a la falta de recursos económicos.

𝘗𝗿𝗶𝗻𝗰𝗶𝗽𝗮𝗹𝗲𝘀 𝗽𝗿𝗼𝗯𝗹𝗲𝗺𝗮𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗳𝗲𝗰𝘁𝗮𝗻 𝗮 𝗹𝗮 𝗰𝗶𝘂𝗱𝗮𝗱𝗮𝗻í𝗮

1. 𝘈𝗴𝘂𝗮:Durante 2025, los barahoneros sufrieron cortes que duraron días e incluso semanas. Esto obligó a muchas familias a comprar tanques de agua entre 2,000 y 2,500 pesos. INAPA implementó una solución temporal para el acueducto de La Guázara, comprando una bomba que sustituyó a la antigua. Sin embargo, sectores como Los Guandules, La Raqueta, Casandra, Imbert y Palmarito exigen un servicio estable y continuo.

2. 𝘉𝗮𝘀𝘂𝗿𝗮: La inoperancia de la alcaldía ha llevado a que muchos barrios improvisen vertederos en cada esquina, haciendo lucir la ciudad descuidada y sucia. El ayuntamiento ha intentado licitar una empresa encargada de la recogida, pero falta transparencia sobre los pliegos y las empresas inscritas. Actualmente, la ciudad enfrenta grandes dificultades por la escasez de camiones recolectores, mala gerencia, falta de personal y educación municipal.

3. 𝘚𝗲ñ𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗰𝗶ó𝗻: Las calles de Barahona no están pintadas ni señalizadas, lo que genera desorden en el tránsito y dificulta el trabajo de los agentes de la Digeseet. La ciudad necesita señales en avenidas, orientación para turistas y residentes, indicaciones hacia centros de servicios, áreas escolares y zonas de parqueo. En este aspecto, el municipio registra un cero.

4. I𝗹𝘂𝗺𝗶𝗻𝗮𝗰𝗶ó𝗻: La población denuncia la falta de iluminación en calles y parques, lo que convierte a Barahona en una ciudad oscura e insegura. Los espacios públicos no cuentan con vigilancia ni luz suficiente, y la explicación de la alcaldía sobre robos de cables y lámparas no soluciona el problema, evidenciando incapacidad para garantizar seguridad y espacios familiares seguros.

5. 𝘗𝗼𝗹𝗶𝗰í𝗮 𝗺𝘂𝗻𝗶𝗰𝗶𝗽𝗮𝗹: Durante 2025, la alcaldía careció de este órgano fundamental para hacer cumplir las ordenanzas municipales. La ausencia de policía permitió obstrucciones en vías públicas, construcciones ilegales y uso arbitrario del espacio público, especialmente en el mal llamado mercado público. A finales de año se hizo un intento de restablecerla, aunque con limitaciones.

6. 𝘍𝗼𝗻𝗱𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗟𝗶𝗴𝗮 𝗠𝘂𝗻𝗶𝗰𝗶𝗽𝗮𝗹: A pesar de que se han erogado millones de pesos para obras como la glorieta del parque, aceras, contenes y cañadas, gran parte de la población desconocía estas asignaciones. También se esperaba la construcción de una funeraria, para la cual se destinaron fondos, pero aún no se ha materializado la obra.

7. 𝘋𝗲𝗿𝗿𝘂𝗺𝗯𝗲 𝗱𝗲 𝗦𝗮𝗻 𝗥𝗮𝗳𝗮𝗲𝗹: El problema sigue sin solución, reflejando incompetencia y falta de interés del gobierno. La población ha recibido promesas y propagandas, pero sin intervención efectiva. Si el derrumbe estuviera en Santiago, Santo Domingo o la región Este, probablemente ya se habría solucionado. Todo indica que para 2026 no habrá avances.

8. 𝘛𝗲𝗿𝗿𝗲𝗻𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗺𝗲𝗿𝗰𝗮𝗱𝗶𝘁𝗼: Durante más de 20 años se ha prometido un mercado modelo. Sin embargo, en este período los terrenos destinados a la obra comenzaron a ser ocupados por particulares, lo que evidencia que los terrenos ya no pertenecen al Estado y la obra continúa pendiente.

Al final, surgen preguntas incómodas: ¿será verdad que los pueblos tienen los gobernantes que merecen?